Martínez de Ubago: “Se debe adaptar los entornos a las personas, y no a la inversa”

15 enero, 2020
rodrigo martínez de ubago psicopatología de adultos

Rodrigo Martínez de Ubago es psicólogo clínico y profesor colaborador de la UOC desde el 2003, actualmente en la asignatura de Psicopatología de adultos del grado en Psicología. Está especializado en psicología clínica y predicción del comportamiento. Como dice el catedrático Manuel de Juan espinosa en el prólogo de Deja de intentar cambiar (2016), libro que publicó Martínez de Ubago junto con Mara Aznar, éste es de los pocos psicólogos que ejercen en tres campos diferentes: la docencia, el trato con pacientes en la consulta y el mundo empresarial como director de VipScan, empresa especializada en el diseño de sistemas de predicción del comportamiento humano

¿Qué fue lo que te llevó a participar en el equipo UOC?

La inquietud por la transmisión del conocimiento y formar parte de una comunidad en constante renovación. La experiencia de la docencia es siempre muy enriquecedora tanto en el ámbito personal como profesional

Desde tu experiencia en otros sectores profesionales, ¿qué crees que aporta el modelo diferencial UOC respecto al de otras universidades de enseñanza presencial?

Algunos son evidentes, como el poder ajustar los tiempos y asignaturas a la vida de cada uno sin obligaciones horarias o de desplazamiento. El modelo es muy participativo, en muchos casos más que en la Universidad presencial, ya que la comunicación entre alumnos y con los profesores está «muy a mano» en los espacios del aula. Es fácil compartir conocimiento y dudas, y es muy ágil la interacción.

Siguiendo por esta línea, ¿qué beneficios dirías que obtienen las y los estudiantes y el profesorado del modelo UOC? ¿Qué aportan ellos a la universidad?

Una comunicación directa y ágil: hay más interacción que en entornos presenciales. Los dos grupos aportan conocimiento en la medida que lo tienen. El alumnado propone muchos recursos que son de gran utilidad para los profesores y el resto de compañeros. El profesorado hace una labor de filtrado a veces, de guía y de descubrimiento otras, siempre aprendes algo.

Colaboras con la UOC desde el 2003. ¿Cómo ha sido tu experiencia como profesor colaborador? ¿Qué cambios has notado en estos dieciséis años?

Mi experiencia ha sido muy gratificante tanto a nivel personal como profesional. Algunos cambios dan cuenta del buen trabajo de la UOC, hay muchos más alumnos que cuando yo empecé. Y siempre he oído hablar bien de la UOC, en su entorno y fuera de él.

El cambio más apreciable es el esfuerzo en el desarrollo tecnológico del campus, la multiplicación de recursos disponibles en el aula y la experiencia de usuario que es cada vez mejor. Tanto en fondo como en forma, los espacios y recursos del Campus son cada vez mejores, más intuitivos y más útiles y agradables. El modelo de evaluación es muy fácil de seguir para el estudiante si se organiza bien. El trabajo realizado con la Evaluación Continua hace que el alumno pueda distribuir el esfuerzo y los requisitos de las prácticas cumplen con la parte académica siempre desde un punto de vista de aplicación del conocimiento. Son trabajos que obligan a elaborar los materiales de la asignatura. No se buscan trabajos que reproduzcan el contenido de los materiales, sino que se busca su aplicación práctica, lo que requiere una buena comprensión.

Actualmente, participas como profesor consultor de la UOC en la asignatura de Psicopatología de adultos. ¿Qué es lo que destacarías más de ella?

Sin duda el equipo que lo conforma. Los compañeros y coordinadores/as actuales y pasados han sido siempre extraordinarios. La experiencia de colaboración y trabajo en equipo ha sido excelente. Los coordinadores de la UOC facilitan enormemente el trabajo y la conformación del equipo haciendo muy cercano un trabajo que cada uno hace desde un lugar diferente.

Sobre la asignatura en sí, creo que aporta las competencias suficientes y necesarias para que un futuro profesional se enfrente a la parte más compleja de la conducta humana, aquella en la que existe patología. El trabajo en la asignatura es doble, por un lado es necesario que los alumnos adquieran un conocimiento sobre la Psicopatología de adultos y por otro que desarrollen una actitud abierta y empática, curiosa y amable hacia las personas que sufren un trastorno mental, sin perder de vista el conocimiento necesario para ser certeros en su análisis de la conducta anormal.

Las tecnologías y el surgimiento de la inteligencia artificial aceleran mucho el proceso y permiten empezar a simular sistemas neurobiológicos por un lado y por otro el análisis de datos que nos den pistas de las posibles causas de las conductas y predicción de su comportamiento.

El 2017 escribiste Deja de intentar cambiar, libro que reseñamos en este blog. Hablabas de cómo la sociedad nos presiona para que “cambiemos” y nos ajustemos a lo “normal”. ¿De qué tipo de cambios estamos hablando? Hace unos años se empezó a hablar de la “tiranía de la salud”. ¿Crees que hay una “tiranía” de alguna personalidad concreta? ¿Cuáles serían sus características principales?

Hablamos de un cambio personal. El libro explica por qué es tan difícil cambiar (y por qué no hay que hacerlo). La personalidad es una estructura con base biológica que se desarrolla bajo control genético, por lo que nuestra forma de ser, de sentir, de estar en el mundo, es básicamente la misma a lo largo del tiempo y las situaciones. La sociedad demanda que nos esforcemos por cambiar en aspectos en los que en realidad no es posible hacerlo, por lo que generamos mucha frustración. El mundo social, educativo y el laboral, nos pide que seamos dinámicos, flexibles, lideres, y buenos trabajadores de equipo, por ejemplo. Estas características son muy personales y poco modificables. Hay personas que nunca trabajarán en equipo bien y además no les gusta; y eso es tan respetable como los que sí se desenvuelven bien en ese aspecto. Pero parece que el que no lo disfruta estuviera haciendo algo mal. Hace falta que apostamos por adaptar los entornos a las personas, no las personas a los entornos.

Hay estilos de personalidad con más éxito social que otros. El extrovertido, estable y fuerte es el estilo al que pareciera que hay que aspirar, cuando en realidad todos los estilos tienen sus ventajas e inconvenientes. Serás feliz en la medida que te conozcas, te aceptes y generes entornos que, en la medida de lo posible, se adapten bien a tu forma de ser. Por ejemplo, los introvertidos son más «invisibles» y constantemente se ven conminados a relacionarse más y ser más dinámicos cuando eso en realidad es aversivo para ellos. Genera una sensación de que hay algo que «esta mal». Si conocieran cómo funciona su cerebro sabrían que están perfectamente bien y solo tienen que hacer lo que realmente les gusta: disfrutar de los ambientes tranquilos y de las actividades poco «movidas».

También estás especializado en predicción del comportamiento. ¿De qué manera crees que la mejora constante de las tecnologías y el surgimiento de inteligencias artificiales capaces de aprender, por ejemplo, está influyendo en el trabajo de los psicólogos? ¿Qué nos falta por saber? ¿Qué tendría que hacer un estudiante interesado en este campo para formarse?

Nos falta por saber muchísimo. Mi impresión es que la psicología (incluida la neuropsicología) es una ciencia muy joven que está recién estrenada. Es un bonito momento para participar en ella ya que hay mucho por descubrir y construir. Aun así, cada vez hay más evidencias que explican cómo funciona nuestro cerebro y de lo que la psicología puede aportar. Y estos avances en muchos casos todavía no se han trasladado a la sociedad. Las tecnologías y el surgimiento de la inteligencia artificial aceleran mucho el proceso y permiten empezar a simular sistemas neurobiológicos por un lado y por otro el análisis de datos que nos den pistas de las posibles causas de las conductas y predicción del comportamiento.

Un estudiante interesado en este campo necesita formación en psicología, neurobiología, estadística e informática. Sin perder de vista las humanidades, aunque sea a nivel menos académico: si además de estas materias, se interesa por la filosofía, la antropología o la sociología, mejor que mejor, porque podrá abrir su mente a más alternativas y concepciones del mundo y del ser humano. Creo que las humanidades nos hacen mejores personas y más protagonistas de nuestra propia vida. Más conscientes de nuestro lugar en el mundo y en la historia.

Psicopatología de adultos está entre las asignaturas de matriculación libre (se puede cursar sin hacer el grado en Psicología). Pulsa aquí para más información.

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Autor / Autora
Redactora colaboradora de los Estudios
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